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Filosofía y Arrogancia Epistémica en Dirección de Proyectos.

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Esta vez he querido reflexionar sobre la arrogancia epistémica y la filosofía en Dirección de Proyectos y para que nadie me tilde de arrogante epistémico, comenzaré por reconocer que se muy poco de filosofía y que me ha llamado mucho la atención  una publicación muy reciente en el Project Management Journal® del PMI® de Junio/Julio de 2016, que incluye como tema central solamente artículos que exponen sobre la importancia de la filosofía en la dirección de proyectos, y que me han animado para escribir este artículo.

Filosofía es el amor por la sabiduría, es la ciencia que trata de la esencia, propiedades, causas y efectos de las cosas, es el resultado de un conjunto de ideas, pensamientos o reflexiones sobre algo. Personalmente me interesa la filosofía, en el ámbito de la Dirección de Proyectos, para intentar responde preguntas como las siguientes: ¿qué motiva a las personas querer cambiarlo todo, para que al final nada cambie?, ¿por qué no aprendemos y no obtenemos provecho de los ciclos económicos y empresariales?, ¿por qué, a pesar de tener tanta experiencia en ejecutar proyectos, seguimos con importantes sobrecostos, con retrasos y con la mayoría de nuestros proyectos desviados de sus objetivos? Alguna vez escuché por ahí como respuesta, “…es una condición de los proyectos y debemos aceptarla: siempre se desvían, siempre se retrasan, siempre cuestan más y los clientes nunca están satisfechos” ¿Será esta la respuesta y punto?, ¿no queremos conocer el por qué?, ¿no nos interesa mejorar?, ¿son muy pocos los beneficiados con los cambios? o ¿Son muy pocos los que saben que serán beneficiados?

Maquiavelo ya nos advirtió en los años 1.500, “No hay nada más difícil de planificar, ni más peligroso de gestionar, ni menos probable de tener éxito, que la creación de una nueva manera de hacer las cosas. Ya que el reformador tiene grandes enemigos en todos aquellos que se benefician de lo antiguo y solamente un tibio apoyo de los que ganarán con lo nuevo”.

Veamos ahora qué significa la arrogancia epistémica, ¿alguna vez los han llamado a ustedes arrogantes epistémicos?; reconozco que yo mismo me he tratado así después de leer el libro de Nicholas Nasim Taleb “El Cisne Negro”. En este escribe que los hechos que han impactado a la sociedad a través de la historia, nadie los ha logrado predecir y se presentan como cisnes negros, es decir como algo que está fuera de nuestras posibilidades y por tanto no es posible que existan. Así, la arrogancia epistémica es una de las causas de nuestra falta de capacidad para predecir, la mayoría de nosotros creemos que sabemos más de lo que realmente sabemos (arrogantes epistémicos) y aunque nuestro conocimiento aumenta con la experiencia, también está amenazado por el crecimiento de la confianza, lo que nos lleva al engreimiento y la ignorancia; en realidad sobreestimamos lo que sabemos e infravaloramos la incertidumbre.

Recuerdo que en mis inicios como consultor, fuimos con mi socio, algo más experimentado que yo, a presentar y ofrecer nuestros servicios a una gran empresa industrial chilena que tenía que ejecutar un gran proyecto de inversión por sobre los mil millones de dólares. Yo mismo envié la solicitud al presidente de la compañía de esa época, quien amablemente la acepta y nos deriva al director del proyecto, un verdadero “Arrogante Epistémico”, claro que en esa ocasión yo no conocía estas palabras. Ahora lo recuerdo por el impacto que me causó su pregunta de presentación: ¿Cuántos proyectos de más de US$1.000 millones han dirigido ustedes?, más otras preguntas que solamente buscaban sacarnos del camino, increíblemente, aunque veníamos trabajando por cerca de dos años en un programa de telecomunicaciones de US$ 1.300 millones de inversión, no teníamos las respuestas bien elaboradas. No nos fue bien con esa venta.

La filosofía es necesaria porque el mundo está cambiando y también las personas, los países, las creencias, la tecnología, las formas de comunicarnos y relacionarnos, los modelos y las mejores prácticas. Las buenas prácticas de antes, ya no son tan buenas prácticas hoy.

Necesitamos la filosofía porque no lo sabemos todo: ¿qué hacer, qué tecnología, planificar, organizar, actuar, ejecutar, relacionarnos, etc.? Ya mi experiencia o tu experiencia no es suficiente ni garantía de éxito. El trabajo en equipo y la experiencia de todos ha demostrado ser un factor clave de éxito en los proyectos. El trabajo en equipo no es solamente con mi equipo de dirección (equipo del dueño) sino que también debe incluir al contratista, los proveedores, los consultores, inspectores, a todo el equipo ampliado del proyecto.

Necesitamos la filosofía porque algunos de nosotros somos impulsados hacia el crecimiento, no solo seguidores del crecimiento. La filosofía es el antecedente para la teoría del desarrollo. Necesitamos mejorar, incorporar nuevas y mejores prácticas de dirección y gestión de proyectos. Necesitamos respuestas, si ya creemos que hemos hecho todo lo necesario para el éxito sistemático y no lo hemos logrado.

A pesar que hoy en nuestro país estamos con una baja cantidad de proyectos, debido a la gran incertidumbre sobre el desempeño de nuestra economía, ¿Cuántos proyectos de inversión se realizan en Chile? ¿Cuánto monto de inversión representan?, lo más probable es que la respuesta sea no sabemos o no estamos seguros, sin embargo podemos estimarlos basados en la información existente. En Chile se ejecutan durante 2016 una cantidad estimada de 4.520 proyectos, con un monto de inversión estimado de US$304.578 millones[1].

Si seguimos gestionando los proyectos como siempre lo hemos hecho, de acuerdo con las estadísticas de resultados de proyectos en Latinoamérica, como promedio tendríamos que el 47% de los proyectos estarían con retraso, es decir 2.124 proyectos atrasados. Tendríamos que considerar el 31% de tiempo adicional al planificado (si nuestro proyecto se planificó en 10 meses, deberíamos adicionar 3 meses) y nuestro presupuesto debería crecer en un 38%, es decir debemos disponer de US$ 115.740 millones adicionales para concluir con nuestros proyectos[2].

Si llevamos estos datos macro a nuestros casos particulares de empresas e instituciones, con pocos éxitos y muchas desviaciones en los proyectos, también podríamos utilizar la filosofía para entender el por qué y buscar las soluciones que ayuden a crear más valor a nuestras organizaciones y a la sociedad. Se dice que con entre 3 y 5 respuestas a los ¿por qué? se logra llegar al centro del problema. En particular hago una invitación a los líderes de las empresas e instituciones del Estado (que deberían ser las promotoras de la creación de valor en épocas de incertidumbre) a reflexionar y trabajar en las respuestas a la necesaria creación de casos de éxito en todos sus proyectos y emprendimientos. Pienso que esta es una forma de colaboración efectiva con los más necesitados y con las personas que votamos e intentamos elegir nuestras autoridades con la sana ilusión y convicción que tendremos una vida mejor y que esta nos llevará a mejorar nuestras relaciones y convivencia.

 

 

[1] Estimación basada en “Catastro de Proyectos de Inversión” de la Sociedad de Fomento Fabril SOFOFA, edición 2016 y la regla 80/20 de Pareto.

[2] Estimación basada en resultados del estudio de BN Américas: Seguimiento al desempeño de los principales proyectos de Latinoamérica. Octubre 2015.

 

Por Fernando Romero P. MBA – PMP.

Director ejecutivo de E+PMC y Consultor Asociado de Deloitte Advisory en Chile.

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